Posteado por: Joaquín Blanes | noviembre 10, 2007

Raccord

Cuando hablamos de Raccord nos referimos a la continuidad (visual, auditiva, luminosa, de atrezzo, etc.) necesaria para que una película (rodada de forma fragmentada) mantega una continuidad natural cuando estamos viéndola. Como en el cine las secuencias se dividen en planos y los planos son rodados teniendo en cuenta un orden lógico de producción, es necesario que al menos una persona se encargue de mantener el raccord (continuidad) entre cada plano. Esta persona es la script (no confundir con the script: el guión). El script (o la script) es una especie de secretario de rodaje encargado de los códigos de tiempo y de la continuidad visual y auditiva. Por ejemplo, si un personaje tiene los brazos en alto, el siguiente plano deberá mantener los brazos en alto. Casi siempre surgen los problemas en las escenas en las que los personajes están comiendo, bebiendo o fumando. Es complicado mantener la continuidad al detalle porque hay que hacer diversas tomas y es comprensible que el cigarrillo se consuma o que la bebida y la comida disminuyan su tamaño. En cualquier caso, si conseguimos que el espectador esté atento a la historia, estos fallos mínimos pasan desapercidibos. Sin embargo, si el espectador se aburre con un diálogo insulso, lleno de tonterías y sin una fuerza dramática que ayude a avanzar la historia; es seguro que el espectador notará cualquier fallo de raccord, como sucede en la aburrida película de Marc Lawrence Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics). En esta película hay una conversación para idiotas en una cafetería. Es tan bobo el diálogo, tan innecesario para la trama, que como espectador estaba más preocupado en buscarle errores. Había muchos, comenzando por el doble de Drew Barrymore (mucho más delgada), la muffin que se come Hugh Grant, que a veces tiene dado un pellizco y a veces aparece nuevamente entera; y más cosas que dejo a los demás que descubran. Sin embargo en Gracias por fumar (Thank You For Smoking) de Jason Reitman. Hay un escena en una cafetería en la que se cometen varios fallos de raccord pero, al contrario que en la comedieta anterior, en esta película el espectador está tan metido en la historia que olvida por completo fijarse en estos detalles. Dejo un «marcado» (le puse anotaciones visuales en naranja) ejemplo de la película Gracias por fumar. Tengo que reconocer que la película me pareció inteligente y abrumadora; y que sólo después de terminar de verla me acerqué con intenciones malévolas a buscarle los defectos de raccord a este diálogo. Comencé observando el vino blanco que bebe el personaje femenino y luego ese pastel al que se le cae el queso para reaparecer intacto un poco más tarde.


Deja un comentario

Categorías